lunes, 19 de abril de 2010

¡Oh alma mía!, despierta.

Aquí os traigo un poema noético. Pertenece a una colección de versos que he llamado "En un rincón del alma". Con cariño, para aquellos que en ocasiones se pueden sentir pequeños ante la adversidad.

Despierta

¡Oh alma mía!, despierta.
La noche es oscura
como una herida abierta
en el seno de la tierra; profunda,
como la fría negrura
del azabache y la obsidiana.

¿No escuchas el canto que llama,
ese que al combate
al guerrero reclama
con todo el coraje
y la voluntad por armas?

Quedaste sencillamente dormida,
arrullada entre cantos de sirena.
Despierta consciente, radiante y pura,
como antes de traerte al mundo,
como antes de vestirte de tierra.
Demuestra de qué pasta estás hecha.
¿Creías acaso que eras de barro?
Tu sitio está entre las radiantes estrellas.
Su luz es la tuya.
¡Oh alma mía!, despierta…
eres una con ellas.

(Víctor Vilar. En un rincón del Alma)

Un rincón admirable...

Estaba releyendo un viejo libro de Amado Nervo y descubrí este fragmento que quiero compartir con todos...

“Hay no se donde, quizá dentro de mí mismo, o en algún plano superior, un rincón admirable, al cual se entra por una puerta misteriosa… ¡Pero no poseo la llave!
Si yo pudiese entrar, se desvanecerían todas mis dudas, cesarían todas mis angustias, y lo que allí encontraría sería tan bello, serio y definitivo que saciados para siempre mis anhelos, calmaría la impaciencia y la inquietud de mis porqués… Pero no puedo entrar por esa puerta, de la cual no poseo la llave…”
(A. Nervo. El arquero divino.)

Para todos aquellos que alguna vez sintieron un canto que provenía de ese rincón admirable... aunque todavía no poseamos su llave.

miércoles, 7 de abril de 2010

Versos Noéticos. Poemas para el reencuentro con el Ser Inmortal.

Escribir poesía, como experiencia estética, es un ejercicio creativo en el que la imaginación abre sus alas para lanzarse a un mundo pleno, constituido de ideas, sentimientos, emociones y sensaciones, que, transformadas en imágenes, se van fijando en los versos.
Dejando al margen las funciones que puede desempeñar el escribir para el poeta, (función liberadora, creativa, inspirativa, crítica, compensatoria o terapéutica, entre otras) como resultante de su hacer queda como objeto el poema y el mensaje que custodia.
Si atendemos a la forma de la poesía, encontramos distintos tipos de versos y rimas. Por el contrario centrándonos en su contenido podríamos clasificar los poemas en: épicos, románticos, religiosos, etc. Si nos servimos del criterio cronológico, podemos observar que a lo largo de la historia se han dado tendencias, generaciones y estilos de diversa índole, en su tiempo tan de moda como efímeros. Cuando los tiempos cambian, las tendencias pasan…
Sin embargo la poesía noética no es una tendencia. No pertenece a lo actual, ni al pasado, a una generación u a otra, motivo por el cual se configura como una poesía universal. Tal vez, casi todos los poetas han escrito algunos versos noéticos, como también lo han hecho de amor. Es una poesía que despierta al ser interior. Su finalidad es alimentar la espiritualidad del ser humano, haciendo alusión velada o explícita a las capacidades latentes con las que cuenta el hombre para reintegrarse en la totalidad de cuanto existe, para sobrellevar los avatares de lo cotidiano y salir renovado. Estas capacidades están fuertemente cargadas de valores trascendentes y de meta-objetivos. Tienen un alto contenido ético y simbólico sin pecar en exceso de lo que comúnmente se denomina “moral”, pues su mensaje corresponde a una ética sin tiempo, a unos valores propios del hombre universal y holístico. Son útiles para el conocimiento de sí mismo, el desarrollo personal y el enriquecimiento interior, aportando claves psico-mentales y espirituales para el “arte de vivir”. El poema es el punto de partida de una reflexión personal que motiva al lector a una transmutación o alquimia interior.

Víctor Vilar. Artículo aparecido en la Revista Plural de marzo.
http://issuu.com/edopine/docs/plural_marzo