miércoles, 3 de marzo de 2010

El poder del ejemplo

Una vieja máxima enseña que el ejemplo es la forma iniciática de la enseñanza. A través de la imitación el hombre adopta comportamientos ejemplares que ha observado en otro. Este proceso comienza desde niño. Se aprenden gran parte de los gestos y actitudes de los padres. En la adolescencia se imita los comportamientos de la "pandilla" y los modelos sociales marcan las pautas de lo que será de adulto. Este método pedagógico de la emulación no fue extraño para el pasado, sin embargo quedó relegado a la educación informal en el siglo de las luces y la modernidad, que orientó la educación hacia "los conocimientos" en cuanto a información. Actualmente está emergiendo de nuevo como modelo educativo. Los educandos aplican en grupo las tareas con el fin de imitarse e intercambiar actitudes válidas a la hora de solucionar los problemas. Y es que un buen ejemplo es muy útil.

Aquí tenéis uno de los buenos... ¿Cuántas veces hemos salido por la mañana con cara de pocos amigos? Ni siquiera estábamos enfadados o tristes, simplemente es la máscara que se va incrustando a lo largo de la vida. Podemos elegir imitar o ser ejemplo. Gracias a todos los que han sido buenos ejemplos para mí.

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