"Querida amiga que has partido hacia el poniente.
Llevas contigo la primavera.
Tu alma grande, generosa y reluciente,
aquí y allá, por toda la eternidad será verdadera.
¿Escuchas? Cantan los ángeles, ya llegas a casa.
los que nos quedamos en esta tierra,
te decimos con todo el corazón...por tu ejemplo, Gracias."
5-11-2010. In memoriam.
Querida Catalina, por fin te has librado de las ataduras, y como un barco has partido a navegar con las estrellas. Ójala allí, en el cielo, te dejen montar una escuela de vida. Tú eres una gran maestra. Reservame un sitio para cuando yo vaya a acompañarte. Recitaré para ti los poemas que tanto te gustaban...
Las almas que aprendan de ti, cuando vengan a la existencia serán siempre alegres, a pesar de los embates de la vida. Verán amaneceres, estrellas y flores en el corazón de los hombres... y un entusiasmo brotará en sus acciones. Sabrán poner el corazón en cada instante y se entregarán como tú al teatro de la vida con el mejor de los papeles, ser auténtico, ser bueno y saber compartir con la gente la alegría.
Te llevaré en mi corazón y estarás viva eternamente en mi recuerdo.
Con todo mi amor. Víctor.
El interior del alma humana presenta una cartografía rica en desniveles, cumbres y valles, abismos y altas montañas. No obstante yo siento devoción por las alturas y los paisajes luminosos. Por este motivo, no es de extrañar que mi viaje se emprenda hacia lo alto. Convoquemos a los vientos favorables que sostienen las alas e impulsan al alma, cuanto más arriba... más adentro.
Querida Catalina, el perfume de las enseñanzas que dejaste en nuestro corazón como mujer y como artista florecerán un día. Cuando suceda, ese poema recitado, esos versos compuestos, esa entrega apasionada dejarán un eco en el auditorio... será tu nombre resonando en nuestra voz con la fuerza de la eternidad. Recibe mi más sentido homenaje.
ResponderEliminarMe das envidia catalina. Viviste tu vida haciendo exactamente aquello para lo que habías nacido, e hiciste de tu mayor placer una dedicación. Estuviste envuelta en las etiquetas del ceremonial y la fama pero fuiste de aquellos que sabían sentarse a comer pamboli, reir, recitar... Pues te realizabas amando y siendo amada. Hoy me despido de ti invocando tu nombre para que seas recordada como la gran mujer y artista que fuiste. Ojalá muchos podamos emprender el gran viaje despidiéndonos como tu lo has hecho. Gracias por tu ejemplo.
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