Irracionalidad,
descarnada calavera
que finge morir a cada impacto,
has extinguido mi piedad
hacia los irracionales.
Hay un mundo
demoníaco allí fuera.
No permitas que a zarpazos
emponzoñen lo más puro
o te hieran, o te arrastren.
Circunda el corazón
con altos muros de piedra.
Imbatible hospedaje sagrado
inasible por la sinrazón.
Un lugar íntimo, inexpugnable.
Hazte el guardián
de las cosas buenas.
Y sella con fuego un pacto
de no sucumbir al nadir,
de luchar por tus ideales.
¡Las negras sombras
con prístinos destellos se deshacen!
Sostén a la aurora en tus manos.
Ha llegado al fin la hora
de poner a prueba tus capacidades.
Cuando asediado
te encuentres por celos
egoísmos, miedos y llantos,
no tomes por realidad lo que es falso.
Sordo a sus bramidos,
mantén siempre el corazón intacto.
Víctor Vilar
El interior del alma humana presenta una cartografía rica en desniveles, cumbres y valles, abismos y altas montañas. No obstante yo siento devoción por las alturas y los paisajes luminosos. Por este motivo, no es de extrañar que mi viaje se emprenda hacia lo alto. Convoquemos a los vientos favorables que sostienen las alas e impulsan al alma, cuanto más arriba... más adentro.
Me gustan estos versos. Animan los quijotes del mundo en su marcha por un mundo de hierro.
ResponderEliminar