El interior del alma humana presenta una cartografía rica en desniveles, cumbres y valles, abismos y altas montañas. No obstante yo siento devoción por las alturas y los paisajes luminosos. Por este motivo, no es de extrañar que mi viaje se emprenda hacia lo alto. Convoquemos a los vientos favorables que sostienen las alas e impulsan al alma, cuanto más arriba... más adentro.
miércoles, 27 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Está muy bonito ¡sin duda el himno internacional de los idealistas! A muchos les ha acompañado en la ignota marcha hacia adelante cuando pidieron lograr un sueño loco... de esos, de los imposibles... Cuando eres de esos, bastan las primeras notas de tu himno para alzar los ojos y empezar de nuevo.
ResponderEliminar